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Conservación
Por Oscar López Rogado |
La
guitarra, como instrumento delicado que es, ha de cuidarse de manera
esmerada, y siempre que no se esté tocando, deberá esta
guardada en su estuche, que será de constitución rígida
a fin de resguardarla de los eventuales golpes; las fundas de lona
no protegen casi nada.
La humedad o sequedad extremas son peligrosas, así como el
paso rápido de humedad a sequedad y viceversa, pueden ocasionar
rajas en la madera por muy curada que esté. Nunca deben colgarse
en la pared, ya que estas suelen captar y transmitir la humedad. Si
la humedad fuera excesiva podría ablandar las colas, llegando
a producir despegaduras en el instrumento. La madera es Higroscópica,
osea que adquiere en su interior humedad o la despide de acuerdo con
el ambiente que la rodea. Es recomendable mantener el instrumento
entre el 65 y el 80 % de humedad relativa del aire.
Cuando la guitarra deba viajar en avión, en la bodega de equipajes,
hay que aflojar completamente las cuerdas. Nunca se deben colocar
en los maleteros de los coches, ya que expuestos al sol pueden alcanzar
temperaturas de 75% y la guitarra sufrir daños irreparables.
Una raja no tiene importancia si se recurre pronto a un buen reparador
de instrumentos, y si esta se produce en al tapa y cerca del puente
es aconsejable aflojar las cuerdas.
Nunca debería abandonarse una guitarra encima de muebles o
sillas y jamás ponerla cerca de un foco que expida calor. Es
obvio que hay que evitar los golpes y los roces, porque una guitarra
vieja si se conserva en estado impecable posee gran valor porque la
sonoridad aumenta con el paso del tiempo.
Es conveniente mantener las guitarras afinadas siempre en el mismo
tono y, en caso de desear cambiar las cuerdas , no quitar las viejas
de una vez, sino cambiar una afinarla con las demás, y así
proceder de una en una con las restantes; este tiene por objeto que
el puente y la tapa no pierdan ni por un momento la tensión
a que están acostumbrados, lo que produciría una disminución
en el sonido que tardaría algún tiempo en recuperar.
En las cuerdas de nylon, las cuartas, quintas y sextas, entorchadas,
pueden perder gran parte de su sonoridad a causa del sudor de las
manos, lo que desmerece mucho el sonido de una buena guitarra; cuando
esto ocurre, se les puede devolver a su primitiva sonoridad aflojándolas
completamente y volviendo de nuevo a tensarlas y si esto no es suficiente,
se les puede lavar con jabón, cuidando de no frotarlas para
que no se afloje el entronchado, y no volviéndolas a colocar
en la guitarra hasta que estén bien secas.
Cuando las cuerdas cecean al pulsarlas al aire, es debido a que las
ranuras del hueso de la cabeza se han ahondado por desgaste; esto
se corrige fácilmente colocando debajo de esta cejilla una
tira de cartulina delgada o papel algo grueso, que generalmente basta
para compensar la pérdida de altura sobre el primer traste.
Para la limpieza de la guitarra no se usará alcohol, por ser
éste disolvente de algunos barnices, sino que se empleará
cualquier producto de los utilizados para la limpieza de muebles o
con un trapo ligeramente húmedo en agua.
Este
articulo fue cedido con permiso de http://www.oscarlopez.tuweb.net/